Preparando convenientemente el parto, ayudarás tanto a una mejor y más pronta recuperación como un parto que minimice la prevalencia de los posibles problemas posteriores al parto: dolor durante el coito, incontinencia urinaria y fecal, y dolor perineal persistente.
Pequeñas modificaciones de hábitos y una correcta higiene postural ayudarán a reducir la tensión sobre el área del suelo pélvico.
Seguir un plan de preparación física específica te ayudará a mantenerte en forma.
Recuperaremos la elasticidad y tonicidad de los músculos del área del suelo pélvico que, durante nueve meses han sustentado una gran carga, y se han sometido a un fuerte esfuerzo adicional con el parto.