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Prolapsos: reconocimiento, causas y tratamiento

Prolapsos: reconocimiento, causas y tratamiento

Por Blanca Cubero, fisioterapeuta especializada en Fisioterapia de Suelo Pélvico

No hace mucho una paciente que sufre un fuerte prolapso me dijo: "he dejado pasar mucho tiempo para venir a tratarme, he estado tirando de compresas y diciéndome que no pasaba nada, porque la posibilidad de tratarme me hacía sentirme muy incómoda." En este caso, ambas hemos llegado a tiempo y estamos solucionando el prolapso, y mi paciente está no sólo más sana, más cómoda y ha evitado una futura cirugía, sino que creo que está superando tabúes que no eran ni suyos ni buenos para su salud.

 

Un prolapso se produce cuando la musculatura del suelo pélvico ya no es capaz de soportar el peso de los órganos que sustenta, y entonces uno o más de ellos descienden de su posición, modificando su localización natural.

Normalmente el primer síntoma suele ser una sensación de peso en la zona del suelo pélvico, acompañada a veces de dolor o incomodidad y también puede observarse:

  • Bultos visibles en el área
  • Sensación de presencia de algo extraño
  • Presión
  • Abertura vaginal excesiva y ancha
  • Urgencias miccionales
  • Micción muy irregular, lenta o que varía de dirección
  • Sensación de vaciado incompleto de la vejiga
  • Dificultades sexuales

Existen múltiples factores de riesgo o causas de aparición de los prolapsos como por ejemplo:

  • Haber tenido múltiples partos sin preparación previa del suelo pélvico, o siendo esta deficiente
  • Embarazos que hayan sometido a presión la zona pélvica no siendo esta reforzada convenientemente durante el postparto
  • Parto Vaginal
  • Menopausia
  • Estreñimiento, más probable cuanto más crónico sea este
  • EPOC
  • Tos crónica
  • Haber sufrido accidentes o traumatismos que hayan afectado al suelo pélvico
  • Predisposición genética
  • Enfermedades relacionadas con la musculatura o con el aparato neuromuscular
  • Haber sido sometida a cirugía pélvica
Mujer mirando a la puesta de sol

Las molestias y problemas que suelen dar los prolapsos están relacionadas con:

  • Dificultad en la vida sexual
  • Disfunciones vesicales que provocan incontinencia urinaria o agravan esta de existir previamente
  • Problemas intestinales con mayor o menor afectación de la función digestiva
  • Dolor localizado

Uno de los mayores problemas que existen con los prolapsos es que normalmente afectan a mujeres que ya han entrado en edad madura, y esto dificulta y mucho su tratamiento en estadíos tempranos antes de que sea inevitable una cirugía, con los riesgos e incomodidades que conllevan.

 

El suelo pélvico y lo relacionado con la vida sexual han sufrido tabúes impuestos por una educación alienante que hacía vergonzante lo femenino y lo relacionado con lo sexual. Y, aunque no nos demos cuenta, la educación que recibimos en la infancia nos dirige muchas veces inconsciente e irracionalmente en la edad adulta. Este hecho dificulta y mucho la iniciativa en el reconocimiento propio del problema en estadíos tempranos, y la valentía y el amor propio de ponerse en manos de una especialista antes de que el problema sea más severo.

 

La liberación de la mujer y nuestro emponderamiento no sólo tiene que caminar en la sociedad sino también en nosotras mismas y nuestra propia percepción.

Dos mujeres: madre e hija

El tratamiento de los prolapsos dependerá de su estado, en estados leves o moderados una fisioterapeuta especialista en suelo pélvico te aplicará:

  • Tratamiento fisioterapeútico conservador
  • Entrenamiento muscular
  • Electroestimulación
  • Biofeedback
  • Un cambio de hábitos cuando sea necesario

Conseguiremos controlar y mitigar tanto el problema como sus síntomas, mejorando al completo el área pélvica. En la mayoría de las ocasiones, estos casos encuentran solución con la fisioterapia especializada.

 

Si el estado del prolapso ya es avanzado o grave, te recomendaré acudir a un especialista médico para valoración y posterior cirugía, acompañada tanto antes como después de sendos tratamientos fisioterapia de suelo pélvico. Así lograremos tanto presentar unas mejores condiciones de entrada a la cirugía facilitando su éxito así como una mejor recuperación.

 

Y recordad que lo más importante en los prolapsos, es tratarlos tan pronto como puedan aparecer. Serán más fáciles de resolver y nos implicarán tratamientos menos invasivos y más sencillos.